Tengo la puñetera suerte de encontrarme una oficina de turismo en camino hacia ningún sitio. La chica se supone que habla inglés y el chico japonés, pero la verdad es que la chica... se lo perdoné porque estaba muy rica y su compañero me sacó las castañas del fuego :)
Casi 2h más tarde llego al alojamiento, no está mal... He de decir que aún con el mapa que me dieron en Turismo, me perdí. Pregunté a unos coreanos que eran del barrio, y tampoco tenían ni idea, así que llamaron al tío por teléfono y nos fue guiando. Subrrealista. Y bueno, una vez allí, me hago amigo de un aussie que dormía en mi misma habitación; esa noche -sábado- saldré con él y con sus colegas de fiesta.
Mientras se preparan para ir de fiesta, yo me preparo la visita de mañana, y es que soy un poco desgraciado y no he preparado aún nada... No será mi culpa por llegar tarde, pero lo hacemos, y el hombre encima coge mal el metro, así que estamos a tomar por saco de donde se supone que íbamos a ir, así que cogemos un taxi.
Los taxis aquí son un mundo aparte. Corren como locos, se saltan semáforos y se meten en el carril bici con tal de llevarte cuanto antes mejor. De hecho, los sitios "respetables" tienen "porteros" para controlar que los taxis no atropellen a sus clientes... De nuevo el taxista no tiene ni idea de a donde vamos, pero por suerte, el aussie tiene una amiga coreana que le dice al taxista a donde debemos ir: a unos de los clubs más pijos de Corea, el Eden, situado en los bajos del Ritz-Carlton...
Pues sí, resulta que ese día pincha DJ Chus... anda que no es grande el mundo para ir a un club en Seúl un día y que pinche un madrileño...
Total, que a esos de las 4.00 toca retirar a casa, ya que entre el viaje y que mañana quiero madrugar... He sido bueno y sólo me he tomado unas cervezas y un cocktail (pero uno de verdad, no un cubata).
17km, 25min de taxi y 9€. No está mal. El taxista se vuelve a perder aun incluso con las instrucciones precisas. Son las 5.30 y dentro de un rato será otro día.
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