Aún no he empezado a dormir cuando estalla una tormenta de ¿celos? en la habitación. De estas es mejor escaparse, así que que na, "si yo sólo pasaba por aquí". Después de contemplar las vistas sobre el lago, se nos hace la hora de desayunar, y nos vamos al centro a comer unos croissants que nos saben a gloria.
Después de unas cuantas idas y vueltas por el pueblo (incluyendo una visita a Arrowtown), cogemos carretera y manta y nos vamos a Glenorchy a ver el final del lago Wakatipu. Un paisaje ESPECTACULAR. Creo que una de las cosas que más me ha impactado de Nueva Zelanda.
La carretera a Glenorchy es un contínuo de subidas y bajadas, curvas y firmes en mal estado, jalonados con vistas increíbles del lago que agradezco para conducir. Me sorprende que las carreteras no se encuentren conectadas unas con otras (en Glenorchy estamos a 15km de la nacional 94) y que haya que recorrer cientos de km para bordear una montaña. Días más tarde entendí que ese es uno de los motivos por los que NZ sigue siendo un paraíso casi salvaje (especialmente la isla sur).
Otra de las cosas que también me llama la atención es el gran número de puentes con un sólo carril (podría aventurar el 65%), en los que hay que ceder el paso a los vehículos que vienen por el otro carril.
Después de conducir unas cuantas horas (google maps da 6,5h para estos 264km -ver "itinerario"-) llegamos a Te Anau. Encontramos alojamiento enseguida, y menos mal, porque en los últimos 4 días he dormido menos de 20h...
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