La verdad es que el estado de conservación era bastante bueno, y se podía recorrer la estancia sin mayores problemas.
Salvo por los cristales rotos y la humedad, se podría decir que el local estaba listo para ser abierto, si bien, al hablar con los lugareños, nos indicaron que parte de la estructura estaba mal diseñada y había serio peligro de hundimiento.
La verdad es que pasamos un rato entretenido y a salvo de la lluvia, que en esos momentos arreciaba con fuerza. Paseamos entre las salas, pero estaba todo vacío.
Sí que descubrimos lo que debió ser alguna sala "privada", pero, por desgracia, carente de interés. De lo poco interesante que encontramos, además de las vistas, fue la zona de almacenes donde había zonas con montones de hojas tirados por el suelo y algunos archivadores y papeles en las estanterías.
Ya en la isla de Malta, cerca de La Valleta, en Kalkara, descubrimos un pequeño fuerte o calabozo en el que entramos a investigar.
Por desgracia, estaba completamente limpio en el interior y no había mucho de interés. Si acaso lo más interesante estaba en la zona cara al mar, pero había un pequeño derrumbamiento que desaconsejaba tantear en exceso esa zona.
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