En los primeros días del mes de diciembre, Chechu y yo nos fuimos a Finlandia. Tenía ganas.
La verdad es que me apetecía ver nieve y algo de ambiente navideño fuera de Edimburgo, y la verdad es que nieve no vimos demasiada (al menos para el concepto que tenía de Finlandia) y ambiente navideño, tampoco, pero me gustó.
Me gustó no tanto el país (me refiero a sus monumentos y arquitectura), como a la manera que funcionaba, su gente y como estaba todo de preparado con respecto a la nieve (no vi ningún gran dispositivo contra la nieve, sino muchas pequeñas soluciones).
En los próximos días contaré el viaje por etapas.
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