Cambiar de trabajo nunca ha sido fácil, hay hay lugares y momentos más sencillos que otros. Después de semanas (y meses) tras un contrato que me acercara de nuevo al transporte, eran primeros de febrero y parece que estaba ya todo en camino, con una entrevista en Londres incluída.
Después de haber sido ofrecido un trabajo en Londres -el cual rechacé- y a la espera de que las negociaciones dieran su fruto (básicamente, cambiar Londres por Bolonia), una llamada inesperada me puso a mano una entrevista para ir a trabajar a una plataforma petrolífera (como ingeniero). Buen dinero, aunque este no sea el único aspecto a tener en cuenta.
El caso es que una vez finalizado el proceso de mi negociación del contrato a Bolonia, y quedando conformes ambas partes, aún no había pasado una semana cuando me llaman de mi ex-departamento para volver a trabajar allí (dpto de Transporte de Edimburgo). Cuando menos, sarcástico. Evidentemente, lo rechacé, pero, y aquí es donde quiero llegar, mi jefe del dpto de aguas, me llamó inmediatamente nada más saberlo.
Seguro que la mayoría no adivináis porqué me llamó... Lo hizo para disculparse. Sí. Para disculparse porque me hubieran contactado para ofrecerme mi antiguo puesto de trabajo. Y es que, lo primero que tendrían que haber hecho es ponerse en contacto con él para preguntar mi disponibilidad y después hablar conmigo. Pero es que suena a tomadura de pelo que después de que se deshicieran de mí y después de haber trabajado puntualmente con ellos, ahora que saben que me voy, me ofrezcan el trabajo. Que sí, que yo lo agradecí, pero que ahora ya siempre me quedará esa espinita de "y qué hubiera pasado..." cuando esté en Italia. Que no son formas (menos aún cuando me voy a una empresa del mismo grupo).
Y no sólo fue una llamada de teléfono (porque ese día él no estaba en la oficina), sino que al día siguiente se disculpó de nuevo en persona, y hasta han tramitado una queja interna. Cuántas cosas voy a echar de menos del Reino Unido :(
No hay comentarios:
Publicar un comentario